La culpa fue de Enrique Iglesias

Por la boca murió un pez-speaker en Bilbao

Sabido es que España, en agosto, se pone de fiestas. No hay urbanización, aldea o pueblo que no arda en pos del 'que bien que nos lo pasamos'. En mi pueblo, decimos: 'que bien que nos lo pasemos', y nadie dice ná, porque aunque seamos 'unos paletos', ahora resulta que todos los que viven en la capital tienen un pueblo o quieren tener uno que les refuerce su identidad en el Planeta Tierra.
Pero no es eso donde quiero llegar. El caso es que este año en las fiestas de mi pueblo, bailando el paquito cholatero, a todo el mundo le dió por cimbrearse en demasía hacia delante. El problema es que este año bailamos en fila india, así que si delante te tocaba una moza, pues te cimbreabas igualmente. Pasadas las fiestas, el ayuntamiento que rige el Cipriano, recibió una denuncia 'anónima, eso sí' -porque si se enteran los del pueblo no se andan con chiquitas- de acoso machista a las mozas porque los que bailaban el paquito chocolatero parece que se arrimaban en demasía. La cosa no pasó a mayores, porque en el pueblo al cojo le llaman cojo; al gordo, cebao o lechón; al pelirrojo, colorao..y así sucesivamete. No se andan con eufemismos y nadie molesta.
Viene esto a cuento porque al speaker de la sede del mundial de la FIBA en Bilbao, lo han defenestrado por decir en uno de los descansos de un partido, algo relacionado con que 'a quién no le gustaria pasar una noche con una de las chicas de las que bailan en los intermedios'.
Ya adelanto que el comentario es injustificable, machista, inconcebible...y que a este hombre se le fue 'la chola' o 'el coco' o está más salido y caliente que el palo un churrero. Pero con ser cierto que el comentario es para mear y no echar gota, no lo es menos que vivimos en una sociedad machista -y cínica- a todos los niveles -y que no siempre las 'victimas' son las mujeres-. Por ejemplo, imaginemos que los que bailaran en los descansos de los partidos fueran tíos macizos ligeros de ropa y la speaker, una mujer, hiciera un comentario similar al del descerebrado de Bilbao, ¿se hubiera armado este revuelo? Seguro que no.
En mi pueblo, un día, también en las fiestas, llegó  una caravana de chicas y chicos que hacían el amor encima de una tarima ¡ay que ver¡. Allí estaban todas las fuerzas vivas de la localidad y alrededores, y hasta el Agapito que no se le veía más que en las eras, sacó su traje olor a naftalina a pasear. Al primer tio que se quitó los refajos, la anselma le espetó: ¡quien fuera vaca pa echarte una cagá¡ (se dice lo mismo, pero en versión buey, cuando se trata de una chica). Aplausos. Nadie se ruborizó, ni tampoco nada se alteró, solo se oían murmullos y risitas cada vez que el pavo le arrimaba cebolleta a la moza. La cosa terminó con una masa de gente más caliente que el cenicero de un bingo, que se fueron para casa sin rechistar cuando acabó el espectáculo.
En Bilbao, parece que el speaker 'metió la pata' mientras sonaba la canción de Enrique Iglesias (bailando), así que ahí está la explicación de todo. Y es que estamos en una sociedad machista -mentirosa y cínica- que, en caso de divorcio, otorga casi siempre la custodia de los hijos (y la casa, y la pasta...y...) a las mujeres; que fomenta el chisme y la violencia machista en los programas del corazon o en las pelis -sobre todo americanas- y que asume de mala gana que se vea cacha en un documental, pero que deja a sus hijos ver peliculas con violencia y disparos a bocajarro. Si yo fuera uno de esos jueces 'poco sensibles', que justifican las violencia machista y otras agresiones contra las mujeres, 'porque van provocando', aparte de la faldita corta, diría que la culpa de lo que le pasó al speaker de Bilbao o la tuvo el cha cha chá o fue la canción de Enrique Iglesias, pero si estuvieran en el estrado mis paisanos; el cojo, el manco, el lechón, el pelirrojo, la gorriata y la patizamba, seguro que se descojonaban de risa.